dimecres, 4 de febrer del 2015

Colonias felinas: Los protocolos sanitarios no deberían de incluir los tests FIV y FeLV de forma sistemática.


Durante años las pruebas de detección de los virus de inmunodeficiencia y leucemia felina formaron parte de los protocolos sanitarios de los programas de control de colonias. Se trataba de una formula que permitía la eliminación de individuos, y así proceder a la reducción de la población de gatos urbanos.

El hecho de tener a disposición unos tests supuestamente fiables y relativamente sencillos de realizar han hecho de estas 2 enfermedades las excusas perfectas para “matar gatos”.

En la actualidad el respaldo científico sobre el cual decían apoyarse los protocolos (en su mayoría establecidos por las agencias de salud pública de los municipios) ya no existe, al tener más información sobre la relativa validez de los tests.

Los programas de control de colonias felinas no se benefician en absoluto de los protocolos sanitarios que incluyen testar de forma sistemática, al generar rechazo por gran parte de los voluntarios y alimentadores que cuidan de las colonias.

Para que la gestión de colonias controladas sea un éxito, y basándonos en la experiencia y los conocimientos veterinarios más recientes, se recomienda NO incluir las pruebas FIV y FeLV en los protocolos de gestión de colonias controladas de gatos.


Los 5 argumentos que vienen a continuación os ayudaran a la hora de explicar a la administración esta postura:

1. La prioridad debe de ser controlar la población.
La mayoría de los recursos debería ir hacía este objetivo. Dedicar un presupuesto para los tests significa tener menos recursos para esterilizar.

2. La validez de los tests es relativa.
La opinión de los veterinarios expertos en salud felina del grupo ABCD (European Board on Cat Diseases) sobre la válidez de los tests es la siguiente:

FIV:
- “Los resultados positivos obtenidos en pruebas ELISA hechas en la clínica en una población con baja prevalencia o de bajo riesgo siempre deben confirmarse en un laboratorio” .

- “El análisis mediante inmunotransferencia (Western Blot) es la prueba analítica de referencia para la serologia del FIV”.


FeLV:

- “Un resultado positivo dudoso en un gato sano se debe confirmar, preferentemente con PCR para provirus” .

- “Algunos gatos positivos pueden superar la viremia en pocas semanas o meses. Los gatos positivos al FeLV sin signos clínicos
 deberán someterse de nuevo posteriormente al análisis”.

Resumiendo: se dan muchos “falsos positivos” para los cuales se tendría que repetir la prueba a los 28 días, con lo que conlleva a nivel logístico y de coste.

A notar: un gato domestico abandonado que haya sido vacunado de FIV dará positivo al test, no por ser portador, pero por haber sido vacunado...

3. Los programas de esterilización son la mejor forma de reducir las vías de transmisión.
Recordar que las vías de transmisión son las peleas entre machos enteros y la transmisión madre-cachorros para FIV y FelV; la transmisión madre-cachorros para FeLV.

Según ABCD: “Se recomienda la castración para reducir la agresividad, y por tanto, las mordeduras”.

Esterilizando se soluciona en gran parte las vías de contagio.

4. El % de gatos infectado es mínimo.
En estudios realizados en EEUU o UK salen porcentajes similares para gatos de colonias y gatos de casa: un 4%.

Para el FeLV en Europa se habla de un 1%, con variaciones según las regiones.

5. Un gato positivo puede permanecer largos periodos en buen estado de salud.
Según la AAFP (American Asociation of Feline Practitioners) la esperanza de vida de un gato positivo de FIV es de 4.9 años.

Según ABCD: “No se debe sacrificar nunca un gato basándose solamente en un resultado positivo en una prueba de detección del FIV. Los gatos infectados con el FIV pueden vivir tanto tiempo como los gatos no infectados”.

Por todas las razones anteriormente expuestas, las personas que cuidan las colonias no suelen estar dispuestas a colaborar cuando el protocolo incluye los tests y posterior sacrificio de los animales que dan positivos.

El éxito de un programa de control de colonia no puede existir sin la colaboración de los voluntarios y alimentadores involucrados en el día a día de las colonias.