Nos llega desde Madrid una noticia alentadora: la modificación de la Ley 1/1990, de 1 de febrero, de Protección de los animales domésticos.
En 21 años la sociedad española ha evolucionado enormemente en el campo de la protección de los animales, y gracias a la presión de las entidades protectoras por un lado, y de
El objetivo de esta modificación es adaptar el texto a “la realidad social de hoy en día”, según comentó el señor Ignacio González, portavoz regional.
Es muy positivo ver que esta propuesta de texto - aprobada por el consejo de gobierno - incluye temas tan fundamentales como impulsar la tenencia responsable y la identificación, o la prohibición de exhibir animales en escaparates.
Ahora bien, nos parece que no es de recibo que un texto que pretende “evitar cualquier tipo de sufrimiento de los animales domésticos” incluya la prohibición de alimentar los animales vagabundos, como si se tratara de un detalle sin importancia.
Suponemos que esta prohibición afectara a los animales abandonados y perdidos pero también a las colonias de gatos. Es una lástima que en esta modificación de la ley se esté obviando el tema de las colonias felinas y se pretenda solucionarlo ESTE asunto fomentando el maltrato animal.
Dejar que los animales se mueran de inanición a sabiendas es maltratarlos a sabiendas, no hay nada más que decir.
Les pedimos tengan en cuentan nuestros comentarios al respeto:
- El hecho de que los gatos callejeros no tengan poseedores o propietarios no es ningún argumento para que sea legal o aceptable maltratarlos. Son las víctimas del abandono y de la tenencia “irresponsable” de personas que dejan criar sus animales sin control.
¿Por qué no endurecer más las sanciones en este sentido, en vez de culpabilizar a los que intentan cuidarlos?
- Castigar a los alimentadores, aparte de ser una medida absolutamente ineficaz, es socialmente una aberración: estamos viviendo momentos de gran renovación generacional en este colectivo, personas preparadas para hacer las cosas mejor, para pasar de solo alimentar a gestionar colonias.
¿Porque no enfocar las cosas de manera constructiva fomentando las colonias controladas: más formación, más gestión, más colaboración con las entidades?
Les estamos escribiendo después de haber recibido cantidades de correos y llamadas de SOS de personas que intentan gestionar colonias felinas en su comunidad, pidiendo nuestra intervención.
Llevamos años trabajando con la administración para mejorar la gestión de colonias felinas en Barcelona, con buenos resultados que, creemos se deberían de tener en cuenta a la hora de legislar sobre protección animal y les pedimos recapaciten y dejen de seguir las líneas que ya conocemos por haberlas escuchado en la jornada técnica “El gato en la calle” de hace justo un año.
Madrid, 1990 – Madrid 2011: no pueden seguir obviando una realidad como es la existencia de colonias y la de sus cuidadores; no pueden seguir tratando los gatos callejeros como una plaga; no pueden seguir con la gestión más brutal y anticuada que exista: captura y matanza. Y ahora: hambre.
Pedimos que se crea un grupo de trabajo para estudiar este asunto desde el enfoque de una gestión eficiente y ética de las poblaciones de gatos callejeros. Las asociaciones protectoras de Madrid están decepcionadas y muy preocupadas, pero siguen más que dispuestas a trabajar con la administración.
Les pedimos que se siga trabajando en este sentido, para que su objetivo de “proteger al máximo a los animales” se cumpla, y para que la sociedad madrileña vea que también se protege y defiende a los animales de compañía más vulnerables: los que viven en la calle.
Plataforma Gatera