dilluns, 6 d’abril del 2009

Control de Palomas en Núcleos Urbanos


Las palomas, cuando su control es correcto (población adecuada, ubicación idónea y estado de salud bueno) constituyen un valor añadido a la belleza de cualquier ciudad. Sus vuelos y arrullos adornan las plazas y jardines y son motivo de distracción para los niños y sosiego para los mayores. Las palomas, como los perros y los gatos, no han invadido las ciudades: hemos sido sus habitantes los que, en un momento u otro, hemos propiciado que vivan entre nosotros. Sevilla es un ejemplo cercano: las palomas que ahora la habitan son descendientes de unas cuantas colleras que la corporación municipal trajo de Barcelona con motivo de la Exposición del 29.


El problema.

Pero cuando las palomas se reproducen incontroladamente y puede hablarse de superpoblación (y de control incorrecto) provocan muchos y variados problemas:

- Sus deyecciones corroen la piedra de los edificios históricos, estropean cornisas y tejados, ensucian los monumentos y degradan las fachadas en las que anidan o reposan.

- Ensucian azoteas, balcones y terrazas hasta tal punto que, en algunas zonas, no es posible tender la ropa fuera de recintos cerrados.

- Destrozan los parterres de los jardines y sus plantas ornamentales.

- Ocasionan ruidos molestos en horas intempestivas.

- Llegan a provocar problemas de salud transmitiendo a la población infecciones de origen ornitológico.


Soluciones ineficaces.

Para evitar la superpoblación y, por ende, estos problemas, se han ensayado en distintas ciudades diversos procedimientos de control, como la captura con redes o el uso de rapaces, llegando incluso a los envenenamientos masivos y a la caza con carabinas. Todos estos métodos, además de crueles e impopulares, han resultado ineficaces y caros. Por continuar con el ejemplo de Sevilla, su Ayuntamiento decidió, en 1995, iniciar una campaña de control utilizando el método de la captura con redes. Cinco años después, y tras haber gastado más de 25 millones de pesetas y capturado (y sacrificado) unas 40.000 palomas, su población era similar a la de antes de iniciar la campaña. ¿La razón del fracaso?: las palomas pueden duplicar cada año, si tienen alimento y espacio suficiente, su población. Cuando se efectúan exterminios masivos, vuelve a quedar alimento y espacio suficiente para que los ejemplares supervivientes alcancen sus índices máximos de reproducción.

Pero incomprensiblemente, los responsables municipales han seguido insistiendo en el error, gastando inútilmente los presupuestos y recibiendo quejas de unos y otros sectores (de los ciudadanos molestos por las palomas, por la ineficacia de las actuaciones; de los protectores de las palomas, al descubrir el destino final de las mismas).

Y aún más, ante la ineficacia del procedimiento, los encargados del exterminio de las palomas (sorprendentemente una sociedad protectora) han llegado a proponer métodos tan espectaculares como violentos y probadamente inútiles: el uso de rapaces. El uso de rapaces sólo logra, en el mejor de los casos, desplazar a las palomas de unas zonas a otras, al igual que ocurre cuando se usan diversos procedimientos ahuyentadores mecánicos o químicos: el problema se traslada, no desaparece.


Solución eficaz.

Sin embargo, en otras ciudades como Ginebra, Luxemburgo, Montbeliard, Niza, Chateau Malartic-Lagraviere, Rennes, Beziers, Vannes etc. se viene utilizando un método de control que sí se ha mostrado eficaz, seguro y, a medio plazo, mucho más económico que los anteriores: el control de la natalidad de las palomas con productos anticonceptivos.

Ginebra fue la ciudad piloto de este método: hasta 1970 había probado todos los sistemas anteriormente expuestos, con rotundos fracasos: a pesar de los presupuestos invertidos, su población palomas alcanzaba los 40.000 ejemplares. El 1 de junio de 1970 comenzaron a aplicar el Ornisteril, en 1977 habían logrado reducir la población a 15.000 ejemplares y en la actualidad la tienen estabilizada en unas 5.000 palomas deseadas.

Dicho sistema consiste, básicamente, en alimentar a la población de palomas con granos de maíz impregnados de sustancias hormonales que inhiben la fecundación. Esta medida se complementa, o puede complementarse, con otras de las que hablaremos posteriormente.

El ORNISTÉRIL, marca comercial del producto que nos ocupa, no presenta peligro para las personas ni otros animales domésticos. El sabor de sus granos crudos es repelente al paladar de los niños, pero incluso ingerido casualmente no provoca daños. Es igualmente repelente para perros y gatos, y el tamaño de sus granos impide que pueda ser comido por los gorriones y otras pequeñas aves, al menos a dosis efectivas. Tampoco provoca en las palomas otros efectos no deseados, sólo la inhibición de sus puestas a los 4-5 días de comenzar su ingestión, efecto que desaparece a las pocas semanas de suspender la administración del producto.

El control de las palomas se realiza alimentándolas con los granos tratados durante 150 días al año (abril a junio y septiembre a octubre) en dosis de unos 30 gramos de grano por paloma y día. 

Dado que la vida media de las palomas es de diez años, al segundo año de iniciados los tratamientos ya puede observarse una reducción de aproximadamente el 20% de la población por causas naturales (muerte de los ejemplares viejos que no son sustituidos por nuevos nacimientos) más otro porcentaje importante que es el habitual debido a enfermedades, accidentes, etc. Los tratamientos deben continuarse hasta alcanzar la población deseada, momento en que las campañas se reducen a sólo un tratamiento anual para mantener la población estable.

La reducción del número de palomas es así progresiva y no agresiva, pero, además, presenta otras ventajas:

- Las palomas se concentran en lugares adecuados donde no causan daños ni molestias y su presencia es deseada (precisamente en los lugares donde se las alimenta).

- Poco numerosas y bien nutridas, las palomas gozan de buena salud y presentan un aspecto sano y cuidado ante los ciudadanos y visitantes.

- Dejan de anidar y provocar daños y suciedades en monumentos y edificios públicos y privados.

- Una vez que se alcanzan los límites deseados, los costos de las campañas se reducen significativamente y el total del costo del método es siempre muy inferior al costo de los otros procedimientos y, además, ¡es efectivo!


PROGRAMA COMPLETO DE CONTROL

Estas son las pautas a seguir para organizar y llevar a efecto el control de palomas urbanas según el método que propugnamos:


1º.- Realizar un cálculo de la población de palomas existentes en la ciudad, así como de los lugares que frecuentan y en los que anidan.
Cuanto más correcto sea el cálculo de ambos aspectos (cantidad y lugares) más exactamente podrá planearse el programa y realizarse el presupuesto.


2º.- Decidir la población de palomas que se considera deseable, que el Municipio está decidido a mantener y cuidar, así como los espacios idóneos para su ubicación.
Por experiencias de otras ciudades que hace años siguen el programa, el número de palomas deseadas suele ser el 10% de las existentes en situaciones de superpoblación. En cuanto a los espacios idóneos para que tal población reducida se mantenga, estos son los parques y jardines amplios, aunque pueden mantenerse pequeños grupos de palomas en plazas ajardinadas. Los lugares en los que las palomas causan mayores problemas son los edificios de piedra y los edificios habitados (por el contacto directo que tienen con la población).

En todo caso, es importante decidir con la mayor exactitud estos datos, pues ellos influirán decisivamente en los presupuestos del programa a largo plazo (10 años).


3º.- Calcular la cantidad de producto necesario para la campaña completa de los dos primeros años, personal y medios necesarios, publicidad y otros gastos que, en su conjunto, formarán el presupuesto de inicio de la campaña.
El cálculo del producto, para el primer año, se realiza a partir de una dosis diaria por paloma (durante 150 días/año) de 30 gramos, es decir, de 4,5 kilos/año/paloma. Con los datos reales de gasto de producto del primer año, más, sabiendo que cada año la población se reduce en, aproximadamente, un 15% (un 10% por muerte de los ejemplares por edad y un 5% por otras causas) el cálculo para el segundo año y posteriores es mucho más exacto.


4º.- Realizar el pedido del producto a su fabricante con suficiente antelación como para que se encuentre en los almacenes municipales el mes anterior al de inicio de la campaña.
En general, las palomas suelen reproducirse dos o tres veces al año durante los meses de abril a junio y de septiembre a octubre, es decir, durante unos 150 días al año (aunque puede haber variaciones según características locales de climatología). Por tanto, los meses indicados para comenzar las campañas son abril y septiembre.

Los granos de maíz tratado, que vienen embalados en sacos de 25 kilos, se conservan durante más de un año en locales secos y aireados, a temperatura ambiente, sin perder eficacia.


5º. - Decidir los lugares en los que las semillas serán distribuidas cada día y el plan para ir concentrando los lugares de distribución paulatinamente.
Los primeros días deben repartirse las semillas en los lugares en los que las palomas ya tengan por costumbre alimentarse pero, una vez acostumbradas a ingerirlas a horas concretas, es muy sencillo ir desplazando dichos lugares a los elegidos por su ubicación idónea. 

Así, con efecto casi inmediato, se logra alejar a las palomas de ciertas fachadas que necesiten urgente protección, o de núcleos de población en los que causen graves problemas. También se nota de forma casi inmediata, que al dejar de anidar disminuyen los arrullos y, por tanto, las molestias a los vecinos de las casas invadidas. 

Cuando no anidan, no construyen nidos y pasan su tiempo simplemente posadas en los árboles cercanos a los cebaderos.

Los lugares elegidos como cebaderos deben ser suficientes como para evitar grandes concentraciones de palomas a la hora de alimentarlas. El reparto de las semillas se controla mejor si el número de palomas a alimentar en cada cebadero no rebasa los 125 ejemplares (unos 4 kilos de semillas). Se evitarán como cebaderos los lugares de mucho tráfico de peatones o vehículos.


6º. - Iniciar la campaña de información y concienciación de los ciudadanos.
Debe conseguirse la colaboración activa de los ciudadanos para que el programa tenga éxito. Al contrario de lo que ocurre cuando se ponen en práctica otros sistemas crueles (se ocultan a la población) es imprescindible trasladar a los ciudadanos una información amplia y transparente: los que no gustan de las palomas (generalmente por las molestias que les ocasionan) se mostrarán satisfechos al saber que su número se reducirá significativamente y las molestias radicalmente; los defensores de su presencia agradecerán una población de aves sanas, cuidadas y bien tratadas.

Informar que el sistema no es peligroso para la población. No debe causar alarma incluso el que un niño pueda ingerir algunos granos: sólo dosis superiores a unos 200 gramos ingeridos por un niño de 10 años pueden causarle síntomas sin gravedad, como vómitos.

La población debe colaborar con la campaña no alimentando a las palomas fuera de los lugares señalados por los responsables del programa. La población puede colaborar adquiriendo granos tratados (a bajo precio por subvención municipal) en los lugares de venta que se disponga (kioscos, semillerías, etc.) para alimentar a las palomas.


7º. - Disponer de un teléfono en el que se recojan todas las sugerencias, indicaciones, quejas, etc. de los ciudadanos.
En la línea del punto anterior, los ciudadanos deben poder comunicar directamente con los responsables del programa para sugerir actuaciones en lugares que podrían pasar desapercibidos (como pequeñas plazoletas) administraciones incorrectas (granos sobrantes mal recogidos, repartos fuera de horas, etc.) Las quejas y sugerencias deben ser atendidas y contestadas siempre.


8º. - Instruir al personal encargado e iniciar la campaña.
Según municipios, el personal encargado de repartir las semillas ha sido personal de parques y jardines, de los servicios de limpieza, higiene, policía municipal e incluso voluntarios.
Es suficiente una sola distribución diaria a primeras horas de la mañana, y es necesario instruir previamente al personal encargado de las normas básicas (lugares, cantidades, etc.).

Este personal ejercerá, además, el control de las palomas que se alimentan en cada cebadero para ir adecuando la cantidad de semillas a su número, y cuidará de recoger las semillas sobrantes que, abandonadas, puedan ser pisadas y rotas en pequeños trozos (que sí pueden ser ingeridas por pequeños pájaros). Algún empleado deberá encargarse de vigilar que los periodos de anidación se correspondan con los de aplicación de las semillas para ahorrar producto y mano de obra. Sin embargo, es de señalar que en Ginebra, finalmente se ha decidido que los ciudadanos alimenten a las palomas con semillas tratadas durante todo el año: el costo de subvencionar las semillas es menor que el organizar una distribución intermitente.


9º. - Controlar periódicamente que se van cumpliendo las pautas de lo planeado y recalcular y adaptar los lugares y cantidad distribuida a la vista de la experiencia para evitar derroches y carencias.
La alimentación de las palomas puede suspenderse los sábados y domingos para descanso del personal encargado, pero si se toma tal decisión es recomendable repartir mayores dosis los viernes y lunes. Un buen control de los repartos de semillas ofrece una valiosa información para adecuar los tratamientos a las necesidades reales.


10º. - Al iniciar el segundo periodo de distribución del segundo año, volver a repetir los pasos 1º, 3º y 4º.
Si el programa se suspendiese por cualquier causa al tercer año, como por ejemplo por falta de presupuesto, las palomas volverían a su número original en sólo un año. Si se suspendiese al quinto, la recuperación indeseada se produciría en sólo dos años... Por ello es esencial disponer de recursos para, una vez iniciado, no suspenderlo. Sólo así es efectivo y económico: a partir del segundo año el presupuesto se va reduciendo hasta el sexto o séptimo año, en que los gastos pueden considerarse estables y muy reducidos.

En cada campaña se reducirán, además, los puntos de reparto de semillas, ya que las palomas tienden a ir concentrándose en los lugares en los que encuentran con comodidad su alimento.


11º. - Iniciar la construcción de los palomares en los lugares previamente decididos.
Este punto del programa no es esencial, pero si se construyen palomares en lugares escogidos y en cantidad suficiente para albergar a la población deseada de palomas, su control e higiene es mucho más fácil y económico a medio plazo. En los palomares se pueden controlar eventuales puestas (de palomas que por cualquier razón no hayan ingerido las semillas) sustituyendo los huevos por otros artificiales, así como su estado de salud, etc. y sobre todo, se les ofrece un lugar protegido que evita que busquen refugio en edificios y lugares indeseados.

Los palomares pueden ser diseñados para incorporarse a la estética de la ciudad y, desde luego, deben ser higiénicos y fácilmente asequibles por el personal encargado de su limpieza y control. En el documento adjunto se facilita una muestra de palomar adecuado para estos fines.


12º. - Continuar el programa, siguiendo las mismas pautas, durante los años 3º a 6º.
A partir del segundo año ya se nota una reducción sustancial del número de palomas (alrededor del 30%) y de sus anidamientos (alrededor del 80%).

Esto facilita todas las acciones del programa, y se seguirán reduciendo en años posteriores: menos cebaderos, menos semillas, menos problemas.


13º. - Al 7º año, reducir las campañas a niveles de mantenimiento y ligero control. 
Al cabo de seis años de iniciado el programa, la población de palomas se habrá reducido, según experiencias, a un tercio de su número original. Es el momento de reducir las campañas para que algunos ejemplares puedan reproducirse y renovar su población con individuos jóvenes.


14º. - A partir del 10º año las campañas deben reducirse a niveles de mantenimiento.
Una vez que se alcanza el número de palomas deseadas, lo cual puede ocurrir incluso a partir del sexto año, el objetivo del programa es sólo mantener la población estabilizada, de forma que sólo nazca un número de ejemplares similar al de ejemplares que muere por vejez.

Por experiencias en Lantres, el mantenimiento ya puede ser realizado exclusivamente por los ciudadanos (alimentando a las palomas, en los lugares designados, exclusivamente con semillas tratadas) con apenas una supervisión municipal.

Pinchando aquí, puede accederse a un archivo en formato pdf con información complementaria:

-Proyecto de palomar urbano.

-Referencias científicas del producto.

-Experiencias piloto en Ginebra y en otras ciudades europeas.

-Informes de los responsables de las campañas en algunas ciudades europeas.

-Dirección del fabricante del producto.

Pinchando aquí, puede accederse a la página de OVISTOP, importador para Italia del esterilizante para aves fabricado por ACME, y en la que, además, puede encontrarse abundante información.

Información extraída de la Asociación Andaluza para la Defensa de los Animales: http://www.asanda.org/